Ingenierizar la informática, o cómo tener menos graduados

Pregunta 1: ¿Debe la informática ser considerada una ingeniería?

Respuesta 1: Probablemente, la respuesta sea si. La naturaleza de los problemas que debe resolver un informático refieren a la disciplina clásica de la ingeniería.

Pregunta 2: ¿Es razonable que, si la informática es tratada como una ingeniería, los estudiantes deban tener asignaturas tales como química, estabilidad, física o análisis matemático avanzado?

Respuesta 2: Seguro que no. Claramente, un informático no necesita química o estabilidad. Mas discutible puede ser el caso de la física o el análisis matemático, pero a esto me referiré más adelante.

Pregunta 3: ¿Es razonable poner materias anexas en las carreras, es decir, materias que no tienen relación probable con el ejercicio profesional de la carrera?

Respuesta 3: Yo creo que no. Ya la escuela secundaria está inundada de enciclopedismo. Los chicos ven montones de materias sin profundizar en nada y creo que los resultados de dicho método están a la vista. En particular, agregar materias a carreras de informática donde brillan por su ausencia asignaturas que debieran estar en el esquema básico de la misma, es lisa y llanamente ignorar de qué se trata el tema. Por ejemplo, ¿cómo es posible poner un monton de horas de física cuando no ven matemática discreta ni lógica proposicional? ¿Cómo se puede pensar en dar análisis matemático en el espacio cuando no ven el teorema de Shannon? ¿Quién puede atreverse a pedir que estudien química cuando no ven teoría de compiladores? ¿Cómo es posible exigir que estudien estabilidad sin tener materias específicas sobre inteligencia artificial o ergonomía de productos de software?

Creo que es difícil responder, con algún criterio mínimo, de modo diferente a las preguntas previas. Entonces ¿por qué motivo se insiste en ir contra la lógica de lo que es mejor para el alumno y para la industria? Algunas respuestas -Probablemente todas tengan algo de verdad- podrían ser:

Ignorancia: gente que está encerrada en la educación desde hace muchos años, muy lejos del ejercicio profesional, que cree que el tiempo del alumno no vale nada y que cualquier cosa de más que le den no le va a venir mal, sobre todo si es complejo y requiere mucho estudio.

Estupidez: gente que toma decisiones en la educación y carece del conocimiento y, fundamentalmente, de la capacidad de raciocinio suficiente. El ambito educativo tiene mucha política, y hay gente que accede a ocupar altos cargos sin que se le reconozcan méritos académicos.

Corporativismo: dentro del ambito educativo se discuten cuestiones de poder, e inventar más alumnos de física, matemática o química puede dar más poder a departamentos especificos. También muchas veces ciertas materias operan como elementos de filtrado para restringir el número de egresados (Ejemplo: Física 2 en UBA Ingeniería).

Miedo: mucha gente teme criticar cualquier tipo de materia que se incluya en una currícula, por miedo a aparecer como un bárbaro anticultura. Desde ya que todo conocimiento es bueno; pero, pensando de este modo, podría proponer algunas materias adicionales que tienen practicamente la misma relacion con la informática que las criticadas anteriormente (Quizas más), a saber: arte (Practiquísima a la hora de diseñar pantallas y tener que elegir los colores y los tipos de letra), magia (Excelente cuando en las demos las cosas no funcionan), yoga (Bárbaro para no alterarse frente a usuarios rústicos), teología (Muy práctica cuando uno es el responsable de sistemas de un supermercado y se cae el sistema de facturación).

Pregunta final: ¿Cómo puede la gente de la comunidad informática romper con el continuismo, las pesadas estructuras burocráticas, las viejas reglamentaciones, y todo el andamiaje que generan este tipo de problemas a los estudiantes?

Respuesta: Simplemente, desaconsejando a los estudiantes la elección de las carreras con los elementos que criticamos. Es decir, darwinismo. Que sobrevivan y prosperen las facultades que sepan entender los requerimientos de la sociedad y de la industria.

Pablo Iacub

Fuente: Simplex

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